viernes, 26 de octubre de 2007

Bush visita el área debastada en California.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, comprobó ayer en persona los daños causados por los peores incendios en la historia de California, que han dejado al menos siete muertos en cinco días en los que las llamas han destruido 1.600 casas y quemado un área de más de 1.000 kilómetros cuadrados. Unos daños valorados en unos 1.118 millones. "Habrá ayuda para la gente de California", prometio Bush, que quiso con su visita borrar la imagen de hace dos años, cuando, tras el huracán Katrina, el mandatario se limitó a ver desde la ventanilla de su avión la destrucción de Nueva Orleans.

Según cálculos oficiales, 950.000 personas han tenido que abandonar sus viviendas por peligro de incendio, en lo que supone la mayor movilización humana de la historia de California. Los evacuados se han refugiado en hoteles, viviendas de familiares y amigos, o en refugios públicos, como el que se ha habilitado en el estadio Qualcomm, de San Diego, que ha acogido a unas 10.000 personas y sus mascotas. Por su parte, la Marina ha ordenado que su personal en California se dirija a los barcos atracados en los puertos del estado, a fin de facilitar los cuarteles a los miles de desplazados.

Ainoa Medina y Marisa Galera.

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